Cardenal Poli: “El dinero que corre detrás de la trata en la Argentina está manchado con sangre”

Lo indicó el Arzobispo de Buenos Aires, al oficiar la novena misa en solidaridad con las víctimas de trata, que se efectuó en la Plaza Constitución.

El Arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, afirmó que el dinero que corre detrás de la trata en Argentina “está manchado de sangre, no sirve, circula mal, les va a dar miseria” a los que negocian con ese delito, al oficiar la novena misa en solidaridad con las víctimas de trata y que se efectuó en la Plaza Constitución, en el barrio porteño del mismo nombre.

“Tenemos que denunciar a esos que negocian con la trata y recordarles las palabras del génesis que dicen ‘la sangre de tu hermano clama al cielo’, el dinero que corre detrás de la trata en Argentina está manchado de sangre, no sirve, circula mal, les va a dar miseria”, subrayó el cardenal frente a centenares de personas vinculadas con organizaciones sociales, políticas y sindicales.

Poli reconoció además que “necesitamos una Iglesia cada vez más samaritana y atenta a los dolores del prójimo, porque lo peor que nos puede pasar es acostumbrarnos y por eso hay que pegar el grito de no a la trata, a la muerte, al ultraje y al sometimiento”.

La misa en solidaridad con las víctimas de trata realizada en el emblemático barrio de Constitución, lugar donde habitualmente se realizan procedimientos contra este delito, estuvo a cargo del arzobispo metropolitano, Mario Poli, y fue precedida por la “Feria de la Inclusión”, integrada por 30 puestos con material de las cooperativas de trabajadores que salieron de la esclavitud y fábricas gestionadas por sus trabajadores.

La misa también se realizó en el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños, instaurado en el año 1999 en recordación de la llamada “Ley Palacios contra la prostitución infantil”, sancionada en el año 1913 y que fue la primera normativa sobre el tema en el mundo.

El oficio religioso se efectúa desde el año 2008 y era oficiado por el entonces Arzobispo Jorge Bergoglio, hoy el papa Francisco.

En otro párrafo de su homilía, Poli señaló que “estamos muy lejos de concretar el ideal de independencia y libertad que nos legaron nuestros mayores, esos que en el congreso de 1816 pensaron en nosotros y se jugaron por nosotros, soñando una Argentina como una gran familia dónde la fraternidad, la solidaridad y el bien común incluyan a todos sin dejar afuera a nadie; y ese ideal está aún lejos de ser alcanzado”.

“Nuestra sociedad muestra rostros dramáticos de madres, niños, niñas, varones y mujeres que no parecen pertenecer a una Patria libre e independiente, y eso muchas veces por su condición de dependientes y esclavos”, advirtió.

El religioso apuntó que “un obispo hermano dijo hace un tiempo hablando con dirigentes, que si llegamos a este estado de las cosas dónde la trata es una realidad dolorosa y hay explotación de niños y jóvenes es porque nos hemos hecho los distraídos y pasamos de largo frente al dolor del hermano”.

“Este evangelio del buen samaritano nos mueve adentro, por supuesto que primero mueve a la Iglesia y desde este altar celebramos el sacrificio del amor, está bien que nos juntemos a tratar todos estos temas que son miserias humanas para que el Señor nos cubra con su misericordia; pero también tenemos que pedirle por justicia”, enfatizó.

El Arzobispo reflexionó: “El señor nos conceda mantenernos en la búsqueda de la justicia y de la fraternidad para recuperar una Patria samaritana que tenga por objetivo la dignidad integral de todos sus hijos; porque no es una cuestión política solamente, ‘todo hombre es mi hermano’ decía Pablo VI y hasta que no descubramos eso y dejemos de ser ajenos al dolor de los demás vamos a seguir tratándonos mal”, finalizó el arzobispo.

Por su parte el presidente de la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (FACyR-CTEP), Sergio Sánchez, dijo a Télam que “estas misas en Constitución comenzaron cuando Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires como una manera de bendecir y visibilizar todas las maneras de ganarse la vida de los excluídos como los cartoneros o los costureros”.

“Cuando a Bergoglio lo eligieron papa, él lo designó a monseñor Poli y con él seguimos este trabajo de acompañar a víctimas de trata o explotación laboral y construyendo espacios para la economía popular”, agregó.

Indicó que “en estos años se construyó muchísimo, desde que el papa largó con Tierra, Techo y Trabajo se ocupó de llevar la reflexión sobre estos temas a todos los ámbitos y eso también ayudó a que las construcción que los sectores excluidos fuimos haciendo desde abajo ganara visibilidad”.

noticias relacionadas