Cada museo con su casa propia

Escribe Antonio J. González.

 

¿Cómo se concibe una historia tan original como rica en componentes culturales de nuestra ciudad que no cuente con edificios y espacios adecuados que puedan ser visitados y desde donde se irradie la contundencia de los archivos y las obras de artes acumuladas a lo largo de muchas décadas?

 

 

Esta pregunta me persigue desde hace mucho tiempo, sin que logre encontrar una respuesta sensata. Actualmente conviven algunos museos municipales en los recovecos del edificio de la avenida Mitre al 366, sede de varias dependencias del área, otros estuvieron en la Casa de Cultura o el Teatro Roma, manteniéndose activos gracias al esfuerzo de sus responsables, muchas veces ante al ausencia de planes oficiales de corto y mediano plazo para que los ciudadanos y viajeros conozcan ampliamente sus tesoros y una parte de su historia.

 

 

Quienes viajan por nuestro país, conocen que la más modesta comunidad tiene su propio Museo de Arte, su Museo Histórico y otros similares, con las puertas abiertas para ser visitado en todo momento por propios y extraños. Además con esa autonomía de espacios, los museos se convierten –con planes serios estatales- en centros de actividad cultural afín a cada uno de ellos.  Lo mismo sucede con la Biblioteca Pública Municipal de larga e importante actuación para acercar los textos y publicaciones de todas las épocas.

 

 

Creemos – con honestidad- que no es la carencia de espacios o recursos para emprender las obras que cumplan con aquella necesidad muy evidente para un distrito como el nuestro, cargado de referencias históricas, artísticas y sociales que no es necesario repetir en esta crónica. Pero sorprende que no se adviertan ideas o proyectos que cambien la realidad actual de los museos municipales.

 

 

Algún día sucederá, porque no creo que la ceguera y la tozudez sea la única posibilidad para aquella aspiración. Pero el tiempo va acumulando polvo sobre muchas buenas ideas, tal como sucede con libros, pinturas, objetos históricos y cuanta señal nos hable hoy de algo más que la cotidianidad.

 

 

Ojalá veamos pronto un interés firme y seguro para que esta situación mejore y aparezcan las iniciativas que cambien el rumbo. De lo contrario, pese a todas las afirmaciones, Avellaneda está lejos de ser la ciudad que se pretende.

 

 

ajgpaloma@gmail.com

 

 

 

 

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