Nuestra ciudad contó, en su historia, con la presencia circunstancial de grandes figuras del arte nacional e internacional. En algunos casos para exponer sus obras, ofrecer conferencias y charlas o protagonizar conciertos, exposiciones. Y todo comienza en la década del ’40 con el nacimiento de la Asociación Gente de Arte que comenzó una labor cultural de primer nivel y trascendencia nacional. Ya en su fundación, abrió sus actividades el poeta Baldomero Fernández Moreno, con lo que se intentó superar el localismo ciudadano para protagonizar hechos culturales de gravitación nacional.

En la década de los ’40, por ejemplo, ocuparon su tribuna varios conferencistas de renombre, entre los que destacamos los artistas plásticos Demetrio Urruchúa, Antonio Sassone, Rodrigo Bonome, Raquel Forner, Gastón Jarry, Emilio Petorutti, Raúl Soldi, entre otros. Los escritores y críticos de arte: Leónidas Barleta,  Pablo Rojas Paz, González Carbalho, Julio E. Payró, Germán Berdiales, Jorge Romero Brest, fueron algunos de los participantes.

Entre los músicos, conjuntos e intérpretes que actuaron en esos años: Consuelo Mallo López, Elsa Calcagno, Frías López Buchardo, Roberto Locatelli, Roberto Castro, Alicia Frassia, algunos de los que ofrecieron recitales personales o colectivos. Mientras que su sala de exposiciones se vio engalanada por las obras de Enrique de Larrañaga, Miguel Victorica, Fortunato Lacámera, Adolfo Bellocq, Rodrigo Bonome, Fernando Fader, Graciano Mendilaharzu, Antonio Berni. Guillermo Butler, Miguel Diomede, Juan Batlle Planas, Raquel Forner, Raul Soldi, Horacio Butler, algunos de los artistas cuyas obras ocuparon su sala de exposiciones en la tradicional esquina de Belgrano 601 de nuestra ciudad.

En 1949 nace la actividad teatral en la institución, con la presentación de los alumnos del curso de teatro y la representación de obras de García Lorca y O’Neill, y el funcionamiento regular de los cursos de artes plásticas y demás disciplinas artísticas. Se trató, sin dudas, de un acontecimiento deslumbrante que iba a  modificar la realidad cultural de la ciudad y su entorno. Todo ello mereció que el gobierno bonaerense le otorgara un premio en 1950 “como la mejor representación en el salón y de labor más eficiente en la Provincia”, que coronaba esta década fundacional de la institución.

Pero esta línea no se detuvo, continuó en los años siguientes hasta la actualidad, a tono con los cambios sociales y culturales producidos, con el mismo compromiso de representatividad cultural, formación de nuevos artistas y  exposición de los mejores exponentes del arte local y nacional.

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